miércoles

Viajando por distintas realidades.
Y verdades;
en las que me doy vuelta y te beso,
en las que no cierro los ojos llenos de lágrimas estúpidas y cruzo los dedos caminando a casa, mientras vos te vas y te seguís llendo todavía.
Y tratar de correr, tomarte por el brazo o por un pie y obligarte a que me expliques qué pasa.
O que me respondas con un tecito de miel. Mil tecitos,
de piel. También.
Pero mientras tires la piedra y te vayas y yo cruce los dedos y ruegue por el mañana, los días van a pasar y cuando no qerramos acordar, vamos a estar casados con hijos y miserables perplejos androides.

Mientras planto las diferencias entre causas inóspitas, no. Absurdas.
No entendiendo, por qué, si sabemos que la vida es corta, que el tiempo se gasta
y lo he comprobado, POR QUÉ? me quedo y te quedas,
nos quedamos...esperando la carroza.

Es que mirarte nomás es algo tan practicamente bello.
Tan leve y simple. Tan aliviante. Tan superhéroe, que lo otro no me importa.

Olvidate.

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